jueves, 20 de septiembre de 2012

el legendario milonguero de Villa Urquiza...


El Chino Perico es un hombre apasionado… Fue la pasión depositada en el tango de su época la que lo llevó a encontrar ese estilo propio, único e irrepetible…

Mientras baila disfruta, sigue el compás convirtiéndose en uno mas de la orquesta. Se abstrae cuando baila mientras susurra la letra y sigue al cantor…

Baila con la misma pasión que vive y ha vivido siempre. Fiel a su instinto y a sí mismo, solo hace lo que quiere y ama.
Es un mito, tiene muchos años y sigue lleno de vida. No le teme a la muerte, ni al amor… y sus proyectos siempre son para treinta años en delante. Ve la vida con la ironía de los que saben...

Su brindis preferido suele ser: “porque estamos” y se ríe mientras le echa  sal a su bife de chorizo con papas fritas,  a las tres o cuatro de la madrugada,  cuando sale de la milonga y empieza a bajar del wisky con un buen tinto para cenar.  Es un bohemio de Buenos Aires que sabe muy bien en que lugar de la ciudad puede cenar a esas horas de la noche. 

Dice que ser milonguero es algo bueno, que significa que se lleva el tango en la sangre...  El milonguero no podía estar sin bailar... Dice que antes, decir milonguero era mala palabra. Ser milonguero quería decir que tenía mugre en el alma... y se notaba, porque esa mugre era su arte y su lenguaje en la pista.

Su segundo hogar no es la milonga sino el café. Ahí se encuentra cada tarde con los muchachos, que son su familia, a los que respeta y quiere y allí hacen vida de café. Miran televisión, juegan a las cartas, conversan y juegan al billar. Dicen que el Chino es un campeón de billar, que juega desde que era un niño,  y que una de las razones por la que es bueno es que tiene muy buena vista   ( no necesita anteojos ) y la otra es su carácter tranquilo y estratégico.  



El bailarín 

Es un auténtico divo de vestir impecable. Conocido en las milongas porteñas. Hace mas de sesenta años que recorre las pistas. Aprendió a bailar entre varones, en una esquina del barrio de Florida, debajo de un farol. Dice que al principio les daba vergüenza practicar entre ellos porque la gente podía pensar que eran maricones, pero la pasión fue mas fuerte y allí se juntaban.  Él tenía catorce o quince años. Dice que uno que sabía bailar, una noche, le ató un palo en la espalda y le dijo: "bailá derecho"y no se lo quitó hasta que él logro su postura.  También practicaba con su hermana "La Perica", eran los menores de doce hermanos y ellos dos aprendieron, mirando de abajo de la mesa, a los mayores, bailar entre ellos.  La Perica llegó a ser una famosa milonguera, compañera de los primeros tiempos de Copes,  hasta que se casó y dejó el baile como una chica decente que era. Ella ahora es una feliz abuela.

Su familia se vino de San Luis cuando él era chico. Eran pobres y pasaron penurias para encontrar un lugar en Buenos Aires.  Dice que los de aquí se burlaban de ellos. Quizás aquellas humillaciones le templaron el carácter sereno, incapaz de decir una palabra mas alta que la otra aunque te esté mandando al mismo infierno.

No le ha gustado lucrar con el tango, dice que los que lucran matan el tango.  Pero eso no quita que tenga alumnos como el famoso Jorge Duval y otros tantos americanos o europeos.
Le gusta ser el mejor.
No cambia Buenos Aires por ningún lugar del mundo. Nunca quiso salir a bailar al extranjero. Dice, (en broma),  que en otros países la gente no sabe comer,  que él no viaja porque no sabe lo que le van a dar de comer... Come carne y pasta.  Poca verdura y pescado cada tanto, aunque le encanta. 
A veces es irónico y sarcástico al punto de herir a cualquier desubicado.   Es humilde con los humildes.  


El Chino Perico es un bailarín elegante que sabe llevar el compás. Define el tango como "un sentimiento triste que se baila". Dice que no es lo mismo bailar un tango que cuente un crimen que otro que hable de una historia de amor. Que para bailar hay que conocer la letra, escuchar lo que dice y trasmitirlo con el cuerpo... dice que un buen bailarín debe tener sus propios pasos, su forma de bailar... que los de Academia bailan todos iguales, que con ver a uno es como verlos a todos, que solo es coreografía pero que no escuchan.

La mujer que lo acompañe en el baile no debe esperar que él le marque para bailar,el Chino no marca con las manos ni con los brazos,  lleva con el cuerpo. La mujer debe saber verlo venir.  Tiene que ser  liviana y no apoyarse en él, y mucho menos colgarsele.  Odia que lo abracen.  La posición de la mujer  debe ser sutil,  infinitamente sensual y discreta a la vez. 

Su seducción es algo psiquico y de piel. Su forma de ser es teatral y es eterna.  De todas formas él dice que es así en la milonga, cuando es El Chino Perico,  que el verdadero Ricardo Ponce  es el que va al café a charlar con los muchachos... y el vidriero jubilado que trabajó en el Ministerio de Economía durante treinta años.








Preguntas de la gente: 

Queremos tomar clases con usted, Chino ¿es posible aprender con usted?

Bueno, yo siempre sostengo que no hay profesores, que el tango es un sentimiento. Pero me lo han pedido tanto que creé mi propia escuela de tango-danza. Son clases personales, no se puede enseñar en grupo. Yo enseño bailando, les hablo e intento trasmitir como hay que conectar con la música y con el compás. Les enseño la postura y trato de que entiendan lo importante de la elegancia. 
Mas abajo les dejo mis teléfonos. Podemos hablar y ponernos de acuerdo.

Tel: 1536177851
Facebook: chino.perico.7 




miércoles, 19 de septiembre de 2012

la mirada del maestro...

Fotos: Ramiro Oliva Clavería


Nota en Clarin.com


PERSONAJE: EL CHINO PERICO    "El misterio de Urquiza fue Milonguita"


Leyenda viva de la milonga, cuenta secretos de estilo y de dónde viene el histórico e imbatible prestigio de las pistas de Villa Urquiza.


Irene Amuchástegui
A las cinco de la tarde, Ricardo Ponce emerge de las profundidades del Ministerio de Economía. Desde hace casi tres décadas pasa ocho horas diarias en el segundo subsuelo; su improbable misión es velar por la transparencia de la cartera de Hacienda, en calidad de encargado de Vidriería del edificio.

Ponce es conocido en los salones de tango de Villa Urquiza, Saavedra y el Centro como el Chino Perico, y célebre por su estilo de baile. Puntano, penúltimo de doce hermanos, llegó a Buenos Aires con su madre a los cuatro años, y desde los quince frecuenta clubes, milongas y prácticas de tango. Conoció los bailes con grandes orquestas del Defensores de Florida de mediados de los 50, y formó parte de la resistencia del Gotan, de Beccar, en la década del 70. Se jacta de no subir jamás a un escenario como profesional y raras veces accede a dar una exhibición en pista. Perico afirma que "el milonguero pierde el ángel" cuando se profesionaliza.

A lo largo de tantos años, ¿presenció muchos cambios de tendencias en los estilos de baile?
Ahora hay dos o tres clases de baile, y está ese estilo que llaman "milonguero", que no es milonguero: es un baile apretado de pasos cortitos que se inventó en el Almagro, un salón que justo al milonguero no le gustaba, por ser para enganche. Lo demás, todo lo que puedan hacer ahora, a nivel pasos, ya lo hicimos nosotros.



La tradición más reconocida es la de Villa Urquiza. ¿Cómo se originó ese estilo de baile que identifica al barrio?
Ese estilo es compás y elegancia. El misterio de Villa Urquiza fue un señor que se llamaba Luis Lemos, al que le decían Milonguita. Nunca hubo un bailarín semejante. Vestía como un doctor, se hacía los sacos y los zapatos a medida, tenía una elegancia única y era un ángel bailando. El inspiró el estilo del barrio desde el 45 en adelante: los muchachos querían, no superarlo, pero al menos acercarse a él; entonces en Villa Urquiza pararse bien era todo. Veías a esos muchachos y esas chicas y no sabías con cuál quedarte. Los tipos parecían perchas, ni una arruga. Con Milonguitallegamos a ser amigos. Falleció.

¿Cómo elige una compañera en el baile?
La verdad, yo fui cambiando. Hasta los 25 bailaba con las chicas que bailaban bien. Pero después me empezó a dar no sé qué ver chicas que no bailaban, y una vez una me dijo: "Chino, ¿por qué no me sacás una pieza? Si ven que vos me sacás, me sacan todos". Y después: "Gracias, Chino, bailé toda la noche". En otra época iba a los bailes y sacaba a la que me gustaba, no me importaba que no supiera nada, aunque bailara arriba de los pies míos me daba igual. Ahora bailo mayormente con chicas amigas, y a veces me quedo sentado, charlando con los muchachos, tomando una copa, y otra. Hasta que en una de esas escucho un tango que me gusta especialmente, por ejemplo Se va el tren, por Miguel Caló, y entonces sí tengo que salir a bailar.



¿Qué orquestas prefiere para bailar?
Yo bailo con cualquier orquesta. En su tiempo seguía a Troilo y a Pugliese. Uno baila según la orquesta: si bailo con D'Arienzo o con Tanturi, las pausas son más cortas; con Pugliese, crecen. Miguel Caló me gusta mucho, no hay mejor orquesta para enamorar una chica.

¿Adónde iba a bailar?

 Yo iba por ejemplo al “Palermo Palace” (Santa Fé y Godoy Cruz), y a la vuelta Vargas me llevaba hasta mi casa con su coupé celeste y azul. Vivían unos cuantos en Vicente López. Y para ir a bailar estaba “El rancho”, “El trébol de Buenos Aires”… todos los días íbamos a bailar. También estaba la confitería “El velero”, a dos cuadras estaba el cabaret “Las Brujas”, que era de Oscar Alemán. También iba al “Club Viento Norte” en la calle Acha. Ahí iba Milonguita, Pinito, la “Chimbela”, era una maravilla.  
En el centro había como 50 confiterías que empezaban a las 2 de la tarde y ya estaban todos bailando. Iban de una en otra, terminaban a las 10 de la noche y se iban a comer o a jugar al billar. 



Creció en Buenos Aires y se hizo milonguero. ¿Cómo fue su llegada desde Villa Mercedes?
Yo vine de chiquito con la pluma puesta, como se dice. Era "de afuera", me quedaba con la boca abierta viendo las casas de alto.

En la milonga, ¿también le costó integrarse?
No. El que baila se defiende en la pista. 

http://old.clarin.com/diario/2003/05/17/c-01601.htm

Chino Perico (6 videos de mas de 60 que tiene Youtube)